Juan Gelman ...

Saturday, September 02, 2006


Fábulas de la Muerte

de Santiago Bonhomme

Por Jorge Rosas GodoyChillán-Chile



PRIMERA FÁBULA: GÉRNESIS.

Gérnesis desnudo nos miró a los ojosla lámpara apenas iluminaba su cuerpo.posamos flores y ungüentos a los pies de Gérnesisfui yo el que más gritó su nombre

"En el principio creó Dioslos cielos y la tierra"

En esta, casi transrrealidad; el hablante lírico es el mismo "transhistórico" espacio de la creación o del comienzo, es decir, "estoy empezando", "abran camino" que aquí vengo yo con una nueva visión de mundo, con una nueva verdad: Gérnesis, que no sólo es un lugar transhistórico sino que es un sujeto, transhistórico envuelto en un mitopoiesis que genera la nueva transrrealidad, sin ser, por cierto, Transrrealista, sino simplemente joven idealista y creativo que se cuestiona este mundo de cosas más allá del simple capitalismo, como lo harían todos los jóvenes de su edad; incluso no inscribirse en los registros electorales porque no creen en los políticos, y no creen en ellos por que la utopía ha desaparecido en ellos, dando paso a la distopía (al infierno), y esto es lo que nos muestra Santiago Bonhomme, como el gran Santiago que muestra el camino a la victoria y como el "Buen Hombre" que cree y busca en un mundo enclavado en la distopía, lejos inclusive de la modernidad tardía o la lógica capitalista de Jameson, a pesar de que el sujeto lírico aquí no tiene otro interés, más que el de revelar, denunciar la cronotopía prescrita por la condena del infierno hasta los márgenes de la historia y límites del hombre, es decir, una acentuación de actualización de un mito (como primer acto de la narración) o adaptación a una realidad generada.

SEGUNDA FÁBULA: PECAVIMUS.

Ya sin fuerzas hemos pecado.la colección de gemidos está en venta,una herencia nueva, para quien todavía no creceinhumanos la mujer y el hombre.A otra tierra la pureza fuimos a sepultar,a otras manos los cuerpos ajenos,que siempre fueron nuestrosy que se derrumbaron en la primera vocal, ceniza del habla.

En este primer poema de la segunda fábula podemos apreciar de inmediato la fuerza del pecado, y que no sólo es religioso sino humano; vale decir, lo divino no es lo cuestionado, esto está superado por el mismo acto de poetizar o mitopoiesis, es la realidad la que se cuestiona como resultado del sujeto moderno produciendo una "transrrealidad postmoderna", pero que no es ni transrreal ni postmoderna, sino simplemente real (como apropiación del mundo).
Y por otra parte, puede que el sujeto lírico: Gérnesis nos conduzca por la distopía para sentir "residencialmente" el mundo y poder buscar la solución: la utopía.
En definitiva Pecavimus, no sólo es una muestra sino que es una denuncia, inclusive a partir de la cultura machista:

Terminamos con la inocenciay empezamos a escribirles del mundo que conocimospara tentarlas a que apaguen sus florescon nuestra sangre derramada en los vestidos.

TERCERA FÁBULA: LOS VENCIDOS.

Como explicarle a los vencidosque los nuevos días vendrána tocar la puerta húmeday que las calles se llenarán de espinas,y reiremos como niños al pisarlaslas nubes pasarán a un nuevo establoy el cielo se repintará con el color de los ojos de las madresque botaron hasta el último pensamiento envuelto en lágrima.
Aquí, en esta última fábula nos enfrentamos a la esperanza, pero de un joven idealista, de alguien que cree que la vida es utopía desde la locura de jugar de jugar como niño pisando las espinas, realidad que no sólo es dolorosa sino que es desautomatizadora y por lo tanto aleccionadora para poder levantar un mundo-otro; con sangre nueva, llena de dolor, pero nueva.
No obstante ello:

Y a los que quedamos bajo tierrase nos obligará a vestirnos de negro con corbata negra, con abrigo negro,con los pies negros de tanta sangre arrastrada

Ya que:
La corte no huele lo mismo que nosotros,lo racional que somosla corte no bebe, ni come lo que nosotrosbebemos y comemos,pálido el último pecado.confesamos a esa vozque dejamos este lugarpara quitarle los velos al tiempo.
En suma, queramos o no, jóvenes o adultos, poetas o cuentistas, no podemos realizarnos en la "no-palabra", ya que la condena de la modernidad, de la ilustración y de la historia humana no se puede separar, aún, de la verdadera historia racional del hombre y la mujer que quieren gobernar este mundo.
Por lo tanto la utopía no podrá ser:

No es que la urna se haya cerradoy que el párpado caído desde antesdibuje corazones en la tierra,es solo el destino que llega a avisarnosque un lugar no extranjeroviene sobre coronas de guijarros.

Probablemente este poemario pase sin pena ni gloria entre nosotros, ya que obedece a una primerísimo intuición del autor, novato en estas lides, puesto que es su primer libro; y por cierto, le critiquemos la osadía y la no- animalidad literaria que se le exige a todo ser escrib/iente//ano//idor/ pero lo que dice el pequeño poeta es precisamente esto:

La no-palabra no es bastantena no-palabra y la quietud con que se toca el sueño al amanecerno es bastante.Se imprime la hoja en la frentey no es bastante recordar que fuimos niños ególatras atrincherados al invierno.

Invierno e infierno son un mismo significado, sólo se ha modificado su morfología significante: la /v/ por la /f/ y cuya fonación es muy similar. Y es a partir de esta mínima realidad significativa que nos trasladamos a la realidad mayor, y que no es la oración precisamente, sino la no-posibilidad o condena de la no- superación racional de la historia, y que llegado el momento no se puede traspasar de generación en generación sin provocar una carga negativa: la Caída desde el Paraíso.

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