Juan Gelman ...

Thursday, December 13, 2007

la poesía herida




LA NACIÓN


Martes 13 de noviembre de 2007
Por Martín Huerta

POP ART


La poesía herida




Mueve a lástima que pasados 83 años, una sociedad anciana, a la que le cuesta moverse y arrastra sus pies, tampoco ha aprendido de sus errores en lo intelectual.
Con honda emoción me impongo vía Internet que en París la Association Internationale La Porte des Poetes en su XII concurso internacional de Poesía, en su versión en idioma español, ha conferido el primer premio 2007 al poeta chileno Andrés Morales.

Al mismo que ha escrito en "Los Cantos de la Sibila":


Sibila enloquecida. "Maldigo la fragancia de las rosas / y el grito del cobarde en su delirio. / Maldigo, es un decir y casi cierto / a dos o tres antiguos que aún me lloran. / El odio es mi placer, mi dulce río / en donde veo el turbio azar del agua. / Nada me complace, ni aquel volcán herido. / Nada me acompaña. / Maldigo mi esperanza".

Poetas de 36 países del mundo, Argentina, Cuba, Canadá, Austria, Puerto Rico, Alemania, Bélgica, España, Francia, Holanda, Italia, Dinamarca, Portugal, China, Israel, Líbano, entre otros, postularon al concurso La Puerta de los Poetas, y ha sido Morales, poeta y académico chileno, quien será editado en Francia en 2008.

Esto me trae a recuerdo que, en 1924, Vicente Huidobro, otro de nuestros más insignes líricos, que con su teoría del Creacionismo deslumbró a la Europa y al mundo, escribió:


"El hombre salta en el sol / Sus ojos están llenos de polvo / de todos los caminos / y su canción no retoña sobre sus labios / El día se quiebra contra los vidrios / y las angustias / se han desvanecido...".

El poeta Ángel Cruchaga Santa María, en esos años, dijo:

la poesía de Huidobro no ha encontrado eco en su patria y, sin embargo, en Francia, centro de la belleza del mundo, nuestro lírico recibió el aplauso de Apollinaire y de Thibaudet...Mueve a lástima que pasados 83 años, una sociedad anciana, a la que le cuesta moverse, le duelen los años, arrastra sus pies y sus músculos no responden, tampoco ha aprendido de sus errores en lo intelectual. Shile sigue ignorando a sus talentos. Poetas, escritores, pintores, escultores, músicos o fotógrafos se desvanecen en el desamparo de una sociedad ensoberbecida por su poder económico, ignorante y también indiferente en esas cosas del espíritu. Y también ¡mueve a pena!
Roberto Matta, Ramón Vinay, Claudio Bravo, Gabriela Mistral, Claudio Arrau, Borja Huidobro son algunos que hubieron de partir tras la gloria del acierto. Me impongo también que Andrés Morales con "Los Cantos de la Sibila" postuló al Concurso del Fondo del Libro 2007, en Chile.

¿Y qué creen que pasó?

Obvio. Fue ignorado.


Poesía Mapuche:

Una posibilidad para revitalizar el lenguaje poético.

Por Hugo Quintana




1-. Entrando en Materia:

Hace 30 o 40 años atrás, me imagino que hubiera sido imposible ver trabajos o publicaciones donde apareciera considerada, al menos en comentarios vagos, la poesía del pueblo Mapuche. Y esto ocurría no porque no existiera poesía en mapudungún, o en mapuchedungún -como sostiene la profesora de lenguas Jacqueline Caniguán-, si no porque no había un reconocimiento ni un estudio acerca de esta presencia. Imagino que el hecho de su aparición se realiza en el contexto de considerar al otro, de reconocer un otro en términos de discurso, y eso ocurre con el post-estructuralismo, con el concepto de enunciación, con los análisis semióticos, con la teoría de la recepción, con los análisis del discurso, con la teoría dialógica propuesta por Bajtín.

El “otro”, como construcción de alteridad identitaria, como un sujeto de enunciación hace realidad variantes de interpretación, diversidades, etc. Son muchos los estudiosos que entonces se lanzan a replantearse la historia, la literatura, el ensayo, y un montón de otras disciplinas. Aparece la visión crítica femenina (no quiero decir feminista), se habla de literaturas menores –lo cual es un menoscabo consciente, un reduccionismo-, de literatura homosexual, literatura marginal, emergente, de poesía mapuche, etc. Todo el gran entramado teórico sufre una mutación importante, debido a que surgen conceptualidades por todos los rincones. El saber local ya no está en manos de las 4 ó 5 universidades tradicionales, se diversifica, y con ello, con la aparición de las universidades regionales y las privadas, se registra una avalancha de nueva información. Todo se encuentra en “crisis”. Un estado de cosas donde hay discursos que se contraponen en una fricción constante. Se habla de post-modernidad, modernidad tardía, incluso de neo-modernidad(1); se habla de una aldea global. Pero abajo, detrás de toda la gran pirotecnia teórica para traducir lo que somos y el cómo vivimos, siempre ha existido un sustrato que nos cuesta “re-conocer”, hacer más visible racionalmente. La poesía Mapuche siempre estuvo ahí, y quizás éramos nosotros los que no estábamos dispuestos a escuchar.

2-. Un punto de Comparación:

No estaba documentada, o registrada debidamente. Y es necesario considerar que en nuestro país son varias las etnias originiarias que no han tenido la suerte de poseer la difusión o el interés que ha despertado el pueblo Mapuche. El desconocimiento con Aimaras, Rapa-nuis, Onas, Kaweshkar, y otros pueblos era mucho mayor.El punto de comparación más cercano quizás sea el Quechua. Recién hace 50 años atrás, Jesús Lara reunió en un libro la poesía quechua, que por supuesto existe desde antes de la llegada de los españoles. Pocos saben que incluso subsiste una obra teatral quechua: el Ollantay. Y menos saben que poesía, vida, labores cotidianas, vestimentas, agricultura, etc., pertenecían a un entramado muy complejo de semióticas comunicativas, donde “el todo era parte del todo” (como dicen los budistas).La gran carta de Guamán Poma de Ayala escrita para el Rey Felipe II, “Nueva corónica y buen gobierno”, se encontró ¿recién hace 40 años aprox.?. No es una coincidencia que estos datos o fuentes de información “aparezcan” mágicamente en estas últimas décadas. Recuerdo fugazmente a un viejo amigo que me hablaba del “Encubrimiento de América”, en un curso de literatura hispanoamericana colonial.Pues bien, ¿qué es lo que ha cambiado entonces?.A mi modo de ver, fueron ellos, los propios poetas mapuche, quienes cambiaron la estrategia. Fueron ellos los que cruzaron el puente para acercarse al diálogo que todo ejercicio de lectura supone. Hicieron poesía y nos la tradujeron a nuestra lengua, y –de paso- nos dieron la posibilidad de entender, de maravillarnos con el mundo que respiraba desde el interior de sus textos: poesía etnocultural, como la han rotulado últimamente.En efecto, co-aptaron una situación desfavorable tomando algo de sumo trascendente como es la escritura(2), e incorporaron la oralidad de su propia lengua a la realidad de la nuestra. Cabe destacar –eso sí- que la oralización del discurso poético, es un recurso que ya había sido validado en Chile por Nicanor Parra, quien a su vez, toma esto de la tradición popular.

3-. Un par de Antecedentes:

Según Elikura Chihuailaf, las primeras muestras de poesía mapuche aparecen en periódicos como: “La voz de Arauco” de Temuco, y el “Heraldo” y el “Frente Araucano”, hacia la década del treinta. Pero sin duda el momento más decisivo, es la aparición de una antología de poetas mapuche realizada por Sebastián Queupul, en versión bilingüe (mapudungún y castellano), hacia 1966, la que marca una situación distinta.Aún así, la curiosidad por esta poesía nueva vendría desde las investigaciones académicas hechas en Alemania, Canadá y Estados Unidos. Y con ello, una suerte de bullente interés por escuchar a estos nuevos poetas del sur de Chile.A principios de los 80’s, el Antropólogo y Poeta, Clemente Riedemann, fue el primero en tomar esta temática y convertirla en acierto poético. Su proyecto con el libro “Karra Maw’n” parece haber sido desmitificar tanto la realidad acerca del mundo mapuche, como lo presentado y admitido como verdadero en La Araucana, y en otros textos canónicos (cabe citar como excepción -eso sí-, El Cautiverio Feliz, de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñan, escrito en el siglo XVII).Pero la irrupción mayor se produce a inicios de los noventas, y ya ciertos nombres como Elikura Chihuailaf, Lorenzo Aillapán, Jacqueline Caniguán, Leonel Lienlaf o Adriana Pinda, comienzan a circular en el dominio público. Otros, como Bernardo Colipán o Jaime Luis Huenún, emergen gracias a antologías o a revistas universitarias (Pewma, de la Universidad de la Frontera, por ejemplo).

4-. Signo v/s Referente:

Y bien ¿qué es lo que nos atrae de esta poesía nueva, distinta?. No es sólo un tema de impresión o de intuición, ya que el concepto de Reificación, es decir, la cosificación del lenguaje como proceso histórico, puede ayudarnos en esta explicación.Según el filósofo francés Michel Foucault, el lenguaje, los idiomas, sufrieron variadas mutaciones a través de la historia del mundo moderno, esto es, después de la edad media:
“En su ser en bruto e histórico del siglo XVI, el lenguaje no es un sistema arbitrario; está depositado en el mundo y forma, a la vez, parte de él, porque las cosas mismas ocultan y manifiestan su enigma como un lenguaje y porque las palabras se proponen a los hombres como cosas que hay que descifrar. La gran metáfora del libro que se abre, que se deletrea y que se lee para conocer la naturaleza, no es sino el envés visible de otra transferencia, mucho más profunda, que obliga al lenguaje a residir al lado del mundo, entre las plantas, las hierbas, las piedras y los animales” (Michel Foucault, “Las Palabras y las Cosas” 1966).
Hacia finales de ése siglo XVI, entonces, las palabras se alejaron gradualmente de los elementos que designaban dentro de la realidad. Esta mutación se dio al interior de la matriz del lenguaje, pasando de una relación más directa y concreta a una de mayor abstracción. Los signos y sus referentes abandonaron el estado de fusión en el que se encontraban, donde el hablar de algo era de manera muy esencial, estar con ese algo, tocarlo casi concretamente:

“Apenas con poner / un gramo de roja tierra en la palma de la mano / acontecían cerezas. / Hablar en mapudungu, / murmurar apenas la Iengua de la tierra / era hacer vibrar en el aire / la canción de la tierra.” (“Karra Maw’n”, Riedemann, 1984).

El estado actual dice relación con un alejamiento cada vez más extremo, debido a la erosión que provocó la Reificación al interior del mismo signo lingüístico, al grado que asistimos hoy por hoy, a la muerte de los significados, es decir, la poesía, la literatura se remite a un ejercicio de juegos de lenguaje, donde el significante, la realidad fonética de las palabras, es quien asume el peso de toda articulación. En la poesía Mapuche, todavía no se registra dicha Reificación como proceso. Todavía el signo no se ha quebrado, distanciando por medio de la abstracción, a las palabras y a las cosas que estas designan. En mapudungún, cuando el poeta dice “Lemu” (selva o bosque, su traducción), no se refiere a un lugar que conoce por fotografías o documentales, ni siquiera es un lugar que ubica porque alguna vez estuvo allí, sino porque es “su” casa. En efecto, ahí están sus hermanos árboles, las aves, el musgo, el viento, la madre tierra… El “todo es parte del todo” ahí dentro, y él no es un alguien ajeno en ese lugar, si no que es un uno más entre aquellos elementos.La esencialidad de esta poesía es algo que incluso podemos sentir cuando leemos la versión en castellano, porque el poeta se ha encargado de transmitir esto a través del traslado de los rasgos de oralidad de su lengua natal (recordemos que el mapudungún es una lengua ágrafa). Así, no sólo nos maravillamos con un significado nuevo, si no con un sonido, una manera muy particular del decir. Por el contrario, en castellano, sólo podríamos aspirar a una Mistificación como proceso anverso, el regreso al mito, como postulaba Jorge Teillier.

5-. Poesía Mapuche:

Varios de los y las Poetas Mapuche han sido difundidos con más fuerza fuera de Chile que en nuestro país. Una prueba de ello es la antología realizada por Erwin Díaz, “De Parra a nuestros días” -sólo por mencionar una de las más importantes-, donde no se considera a ningún representante mapuche. Caso contrario, sería la antología editada en Madrid por Julio Espinosa Guerra en Editorial Visor, “La poesía del siglo XX en Chile”, donde aparece –al menos- Elikura Chihuailaf(3). En su libro “De sueños azules y contrasueños” (1995), Chihuailaf nos dice:
Sueño Azul

La casa azul en que nací está situada en unacolinarodeada de hualles, un sauce, castañosnogalesun aromo primaveral en invierno —un sol con dulzor a miel de ulmos—chilcos rodeados a su vez de picafloresque no sabíamos si eran realidad o visión ¡tan efímeros!En invierno sentimos caer los robles partidos por los rayosEn los atardeceres salimos, bajo la lluvia o los arreboles, a buscar las ovejas(a veces tuvimos que llorar la muerte de alguna de ellas,navegando sobre las aguas)Por las noches oímos los cantos,cuentos y adivinanzas a orillas del fogónrespirando el aroma del pan horneado por mi abuela,mi madre, o la tía Maríamientras mi padre y mi abuelo—Lonko de la comunidad—observaban con atención y respetoHablo de la memoria de mi niñezy no de una sociedad idílicaAllí, me parece, aprendí lo que era la poesíalas grandezas de la vida cotidiana,pero sobre todo sus detallesel destello del fuego,de los ojos, de las manosSentado en las rodillas de mi abuela oí las primeras historias de árbolesy piedras que dialogan entre sí,con los animales y con la genteNada más, me decía, hay que aprendera interpretar sus signosy a percibir sus sonidos que suelen esconderse en el viento (…)

Chihuailaf representa dos cosas: a) “la tensión entre la oralidad mapuche y la escritura “heredada” de occidente”(4), una suerte de unión y contraste/rechazo, al mismo tiempo, y b) por otro lado, una forma de resistencia identitaria, porque el ejercicio de fijar la memoria colectiva parece ser una necesidad fundamental dentro de su trabajo poético. En “Recado confidencial a los chilenos” (Lom Ediciones, 1999), Chihuailaf aumenta el diálogo, haciéndonos un llamado a re-conocer aquello que es un sustrato de la construcción de identidad de lo “chileno”.Afortunadamente, no es el único caso que podemos citar. Lorenzo Aillapán, el “Hombre Pájaro” Mapuche, ha trazado una obra monumental donde nos invita a conocer el producto de años de observación en su natal Puerto Saavedra, sobre el lenguaje de los pájaros (¿Qué diría Juan Luis Martínez si hubiera escuchado esto?), donde a través de diversos sonidos y danzas nos introduce en el canto de las aves que habitan el bosque del sur de Chile, con descripciones y onomatoyeas que re-crean el mismo canto de Tencas, Queltewes, Loicas, Picaflores y tantos, tantos más. Su poesía bien pudiera ser considerada un aporte a la cultura oral del pueblo Mapuche.No buscamos ahondar más en esta propuesta, pero sí podemos sostener que los casos señalados, no constituyen la única posición dentro de la poesía mapuche. Luis Marcelo Rojas, poeta y sociólogo, nos advierte acerca de una pequeña excepción:

“Jaime Luis Huenún, dice de su propia poesía que él es poeta mapuche, no un mapuchista; él se ha manifestado como un poeta mapuche más universal, por sus lecturas, por sus temas, por sus Haikús, etc., y en efecto se nota la diferencia entre él y otros escritores mapuche más cercanos a esta hipótesis”.

Sin duda que las cosas cambian, y es probable que en este mismo momento se puedan exponer argumentos que den prueba de una pequeña mutación en la matriz del lenguaje de la poesía en mapudungún, debido a su traslado gradual hacia la grafía como elemento referencial de reproducción cultural:

“O sea, la primera diferencia que habría que hacer en relación a la poesía mapuche es con sus propias manifestaciones culturales. Ya no es oral; ya no es anónima o colectiva, sino que individual, con autoría de por medio y en castellano. Son como los primeros rasgos diferenciadores de sus propias manifestaciones y están despojados de esa sacralidad, porque, además, se insertan en el circuito literario chileno” (Claudia Rodríguez Monarca, en UACH on line, Noticias 2005).

6-. Observaciones finales:

Para concluir sería necesario sintetizar un par de cosas:
Uno: que la poesía del pueblo Mapuche, como objeto de estudio, ha generado interés a partir de las investigaciones y publicaciones generadas desde Europa o Estados Unidos, y para ello, valga como prueba la reciente aparición de “La Memoria Iluminada: Poesía Mapuche”, antología editada en Madrid por Jaime Luis Huenún.Dos: que se trata de una poesía con variadas líneas de trabajo, aspecto refrendado por lo que señala el Prof. Grínor Rojo en Artes y Letras (domingo 19 de agosto, 2007), donde a lo menos, se demuestran tres líneas escriturales diferentes: poetas más ancestrales, “mapurbanos” y poesía de mujeres mapuche.Tres: que es una poesía que refleja una cultura oral, cuya esencialidad viene a significar una revitalización del lenguaje poético actual, a propósito de que su lenguaje todavía no ha prescindido de los elementos referenciales ni menos de sus significados, porque la poesía mapuche está hecha en una lengua que es oral, es decir, que como primera instancia, no tiene a la grafía como un elemento de re-producción cultural, lo cual pudiera ser el origen de la Reificación como proceso histórico.

En un remoto lugar al norte de Kenya, asesi-nan brutalmente a la activista más entregada de la zona, la brillante y apasionada Tessa Quayle (Rachel Weisz). Un médico local que la acompañaba ha huido y todo parece apuntar hacia un crimen pasional. Sandy Woodrow (Danny Huston), Sir Bernard Pellegrin (Bill Nighy) y los demás miembros del Alto Comi-sionado Británico están convencidos de que el viudo de Tessa, el apacible y poco ambicioso Justin Quayle (Ralph Fiennes) dejará el asunto en sus manos, pero están muy equivocados. El equilibrio profesional del diplomático ha basculado al perder a la mujer a la que tanto amaba. Esos dos seres tan opuestos se atraían mutua-mente y disfrutaban de un feliz matrimonio. Los recuerdos de esa unión empujan a Justin a tomar una decisión por primera vez en su vida personal y profesional. Perseguido por los remordimientos y herido por los rumores de las supuestas infidelidades de su espo-sa, Justin se sorprende a sí mismo lanzándose a una peligrosa odi-sea. Ha decidido limpiar el buen nombre de su mujer y "acabar lo que ella empezó". Para conseguirlo, debe aprender a marchas for-zadas cómo funciona la industria farmacéutica, ya que Tessa esta-ba a punto de descubrir un escándalo, y viajará por dos continentes en busca de la verdad. No tardará en darse cuenta de la existencia de una conspiración tan letal como común que se ha cobrado la vi-da de inocentes y pondrá la suya en peligro.

Monday, December 10, 2007

los primeros pasos del sueño



Estimados amigos: Comenzamos a dar los primeros pasos en este sueño que empezamos a construir, el Centro Cultural Popular Luis Cruz Martínez.Este JUEVES 13 de DICIEMBRE 2007 a las 20:00 hrs, se realizará en la sede vecinal de la población Luis Cruz Martínez, un acto de inauguración, donde contaremos con la participación del Grupo Airawa y el grupo folclórico Huellas del Sur, además los amigos poetas Pablo Troncoso, Patricio Morales y Santiago Bonhomme. Con ello también se expondrán obras del artista Victor Sepúlveda.Amigos esperamos su asistencia, la población está expectante con esta inusual actividad, además de necesaria. Aprovecho de agradecer a todos y cada uno por vuestro compromiso con el pueblo. Nota: La actividad para el mes de enero la calendarizaremos en estos días, por lo cual les solicito a todos los interesados en colaborar me comuniquen. Y recuerden que las actividades se extenderán durante todo el año. El pueblo así lo demanda. Infinitamente agradecido. Elgar.

Arnaldo Enrique Donoso " La sombra de Dios"



Por Santiago Bonhomme



Arnaldo Donoso es de esos poetas que surgen desde el margen más frágil de la poesía, el juego suicida del lenguaje, la aceptación profunda de todo lo que se dice se escribe y viceversa. Nace en San Fernando, Chile, el año 1980, y reside en nuestra ciudad desde el 2000, asumiendo el crecimiento del oficio literario en Chillán, este Chillán a veces mentiroso en lo literario o por lo menos en sus apuestas, hasta hoy, vagando en la vanguardia fome del noventa. Arnaldo, en cambio, sólo escribe desde esa posición que muchos anhelan: la claridad absoluta y permanente del visor real y momentario. Hablo de "Del Estado Del Arte", su segundo libro que ha sonado fuerte, incluso antes de dar a luz, vaticinio atmosférico del trascender. Así es esto.


- Donoso, en el libro "Del Estado Del Arte" se escribe un poema a mi juicio fundamental, "VII" o "La Sombra de Dios".-


Siento una gran preocupación, desde siempre, tanto por la filosofía como por la ficción, así como también por los símbolos y fetiches, por los arcanos y clarividencias, todos ellos constituyentes de las religiones, de la religión que implantó el invasor, en nuestro caso. Doy un gran valor al signo, al símbolo, a la cifra. "La sombra de Dios", cita del apartado "[Sodoma Artificial. Statu Quo]" de mi "Del estado del Arte", es lo ominoso y la dicha, lo oculto y la verdad, la calma y la ira, la nada y el todo, la sombra y la luz. El claro-oscuro del barroco: la zona de indeterminación. También es la binariedad absoluta, y no se te olvide que nuestro sistema conceptual se rige por una estructura binaria. Pero debo ser aún más específico, creo. Esa frase a la cual aludes está inscrita en un capítulo que no caracteriza el mundo cristiano o religioso, sino a la deconstrucción del estado del arte que me propuse para el texto. Todo lo que he leído en mi vida está allí. El libro en sí es un arcano terrible, pues lo terrible es la cuestión y no la respuesta. La deconstrucción me hizo sesgar y extraviar las isotopías que yo mismo había proyectado, por tanto "la sombra de dios" es el límite del creador, de la construcción, es decir, la muerte de la creación, si podemos hablar de creación en nuestros días, como afirmo en mi poema "La Ciudad", un poema del libro anterior, que no sé si conoces. En términos concretos, dentro de la metáfora de la construcción, la materialización del poema está en la foné y en la escritura y siento que cuando un segmento tiene reminiscencias bíblicas, o con carácter de arcano, está en lo perfecto o, en otras palabras, está bien construido


.- Háblanos de tú primer libro: "Aproximación a la situación anómala y oblicua del lenguaje".-


A ver. Es complejo ser uno mismo el exegeta de su obra, a lo más puede uno hablar del plan que traza al iniciarla, plan que por cierto nunca cumple. Desde esa perspectiva, el plan siempre fue hacer eso que te digo que es complejo: la exégesis. La exégesis como constatación de que no puede ejecutarse la obra total del Mallarmé de "Un coup de dés". La constatación del poema enorme del que hablaba Borges, de la intertextualidad, de los problemas que la lingüística tiene desde el estructuralismo al hablar de literaturiedad, con Barthes, o de la ampliación del prisma de esa misma disciplina desde Lakoff en adelante; de los problemas de la traducción; del problema de la dispersión y la unidad, entre muchos, muchos otros. Pero vamos por parte. A ver. Lo anómalo es la trasgresión a la forma canónica o instituida por la academia. Lo anómalo funciona en el plano del texto y su estructura. Lo oblicuo es el nervio que atraviesa las anomalías, la trasgresión como isotopía, es la integración entre cada texto o segmento particular. Lo oblicuo funciona en el plano del discurso y sus implicaturas culturales. Anomalía y oblicuidad como barroquización. En consecuencia, me aproximo a una isotopía o recurrencia de la trasgresión de lo real en el libro, hacer de éste un mundo en sí, para sí, desde sí, una integración y no una mera repetición del mundo que vemos y percibimos como lo hacen los poetas-poetas, como dice Raúl Zurita. Esa integración como ficción es la que da cuenta del lenguaje poético y del estado del arte. Eso es todo. Sé de lo que hablo, soy profesor de esto, y esa vanguardia falsa que nos quieren presentar otros no es lo mío. La cosa es estructura y ruptura. No pura cháchara güeona y recuerdos de poeta cuarentón. Espero que los otros que escriben de literatura en este medio lean y juzguen


- Siempre planteo a los creadores su relación con la ciudad, cómo soporte creativo y aceptación del hábitat, que lamentablemente es real.-


Temo no estar seguro si lo que preguntas es la ciudad como poema o la urbe. Es decir, creo que tú no estás seguro de preguntar eso. O si formulas la pregunta correctamente. Pero eso es bueno, porque ambas son lo mismo y la metáfora de la construcción que planteaba nos servirá. La ambigüedad de la pregunta me gusta. Se deja la respuesta en boca del oráculo. Mira, hablaba de isotopías: éstas se basan en la existencia de la repetición o reiteración de información. Esta reiteración es la condición necesaria para que un texto sea coherente. Imagina un texto cualquiera, sin esa "condición necesaria". Imagina una ciudad que tenga una señalética fragmentaria, caótica, incoherente. Imagina un libro que vuelva sobre sí mismo en ese devenir isotópico e imagina los carteles que anuncian algo en las calles, varios de ellos en una sola cuadra. La repetición de la forma de los semáforos cada tres cuadras. La repetición de un paso de cebra, la repetición del isotipo de una marca de ropa o comida express. La repetición de la misma blusa en cuatro o cinco mujeres en el centro. La repetición de un segmento. Ese es el espacio ambiguo y de especulación, del latín 'speculum', nos recuerda John Ashbery, que significa 'espejo'. Esa repetición borgeana de los espejos frente a un mall. Esa traza de verse a sí mismo en los otros y en la letra, ahora que la ciudad es mi libro. Ese espacio ambiguo se plasma a partir de su contraparte: la lectura aberrante. Sinécdoque y metonimia entonces es "Sodoma" en "Del estado del arte", que por mecanismo isotópico es "La ciudad" de la "Aproximación…", mi otro libro, si pensamos que los dos libros son uno. Y lo son. Ese destello de neón son destellos de palabras en el poema, los encuentros casuales, los lugares: todo es en esos dos textos. La ciudad y sus personajes me remiten al Maquieira de "La Tirana" y "Los Harrier", y la noción de texto-escenario. El mismo Maquieira ha expresado que ese texto escenario es tomar al libro como una película y Gilles Deleuze ha hablado de la condenación del libro y la defenestración de la escritura. Jorge Luis Muñoz en su tesis de grado también habla al respecto: el arcaísmo del gesto escritural.


- El proceso natural voluntario del crecimiento artístico, tiene que ver muchas veces con las relaciones generacionales…-


Mira. El término generación es de por sí poco representativo. La posición historiográfica de los estudios literarios en nuestro país, desde hace algún tiempo, carece de un criterio metodológico claro. Hablamos de generación del 80', del 90', incluso ahora se habla de la "post 2000" (Hernández; 2004). Se han esbozado por parte de Andrés Morales, de Iván Carrasco, de Julio Espinoza, de Eduardo Barraza, entre otros estudiosos, serias correcciones y subversiones a la perspectiva diacrónica para adoptar una sincrónica que dé cuenta de otros fenómenos del sistema literario. Pero vamos a tu pregunta: en el plano personal hay güeones muertos que me caen mejor que los vivos. Eso tiene que ver poco con lo que decía, pero te respondo en serio: muchos de los vivos son unos hijos de la gran puta. Por lo mismo creen ser o estar muy vivos. En verdad, en Chillán, de entre los poetas y escritores vivos, no sé si de mi generación o no, unos pocos y muy diversos: Jorge Luis Muñoz, Juan Gabriel Araya, Sergio Hernández, tú mismo; Ibacache y Rozas. Milton Leiva y Patricio Morales, que se nos han revelado hace poco. Y que no se te olvide el viejo Eduardo Lund, quien viene escribiendo narrativa y artículos viscerales, inaugurales: la escoria deformada por el espejo, lúcido y lúdico. Abigail Desafí, a quien no conozco mucho, pero leído con fruición, y otras gentes del Grupo Literario Ñuble. Respecto a Santiago y otras locaciones: Héctor Hernández, quien es mi editor, la gente de "Contrabando del bando en contra", mi editorial. Felipe Ruiz. Jorge Montealegre, quien está en España; Harold Durand, chillanejo en Estocolmo; Rodrigo Flores, en México D.F.; Rodolfo Hlousek y Gerardo Quezada, en Temuco. A Raúl Zurita y Peter Smith. Cristián Cruz, lárico a quien tampoco conozco, pero leo. Mi familia. Otras gentes del teatro y de la plástica, como Máximo Beltrán. En San Fernando, Gonzalo David. A los otros locos, a los culturales, ya ni los pesco. Los culturales son pura chapa. Andan por ahí, modelando libros, "mira este libro" te dicen, con voz ronca. ¡Sacos de güeas, siempre en un estado crepuscular! Reconozco sólo a la gente que me respeta, incluso prefiero juntarme con los viejos. Los cabros, y algunos no tan cabros por lo general, son puro conventilleo, sonetos, maraqueo y robo. De entre los muertos tengo muy buena relación con Humberto Díaz Casanueva.


- Donoso, siempre nos hablas de (po) ética…


- Hay una vértebra importante en esta construcción que es lo mío, a la que siempre aludo. A la concepción (po) ética, a visualizar a la poesía como una herramienta de resistencia, de hacer política, de crear plataformas y redes de apoyo. Si bien, comúnmente, estamos del lado de lo académico, del estudio literario, discursivo y político, debemos comprender que se ha generado un cambio de paradigma: la complejización del supervivir. Ese supervivir es transversal a nuestro accionar en la vida, si eres profesional, obrero, indigente, bancario, etcétera, da lo mismo. El imperialismo ha complejizado sus instrumentos de dominación, por tanto tenemos que complejizar nuestro discurso. La escritura es dominación, pero si ese dominio es honesto debe imponerse y legitimarse. Prefiero hacer esta literatura de la que se dice compleja, pero asimismo decir que la escribo desde la población Vicente Pérez, que es donde vivo acá en Chillán. De hecho, hay un trabajo que ha sido publicado sólo en la web que se llama "Imágenes de Xíle", así, con esa (X) que es la (Ch) en el chat, en los mensajes de texto. El texto habla de la pobla y representa esa tensión dialéctica entre lo que realmente somos, una nación sojuzgada, y lo que queremos ser: un "país desarrollado": celulares para gente que toma leche y come bien una vez al mes. Es un caso patológico y paradójico de notar. Los gringos vienen del futuro. Incluso son más socialistas que lo que pudimos ser nosotros en algún momento.


- Qué te pasa con la creencia de la poesía contemporánea, te lo planteo porque has escrito algo sobre eso.-


Sí. He escrito un par de escritos teóricos y críticos con buena aceptación. Han sido citados y algunos bastante celebrados. Parten desde una instintividad derrideana, con visos de algunos más cercanos. No sé si llevo vastas lecturas, pero en lo personal, las llevo apasionantes. Para mí es un halago esto de las citas y elogios, tanto de los autores de los textos de los que hablo como de otros críticos más viejos, y lo digo con humildad, pues no me gusta jactarme de mis amistades, porque una cosa es quién eres y otra con quién hablas o con quien casualmente te encuentras. Bien. Contemporáneos. Dejemos en esa categoría a los poetas nacidos de los 50', más menos, en adelante. Me interesan los poetas y escritores inteligentes, creativos, rupturistas, buenos arquitectos. En esa línea, y de manera aleatoria puedo decir que he estudiado bastante a Raúl Zurita, entre los mayores, por su construcción factorial y alegoría del dolor; a Gonzalo Muñoz, por el quiebre sintáctico y el texto como galería y laberinto; Carmen Berenguer, por la hipermodernidad y gesto neobarroco; Elvira Hernández, por la subversión; Diego Maquieira, Rodrigo Lira y Juan Luis Martínez, por la puesta en escena y montaje en el plano objetual, construccional, tipográfico y simbólico. Fíjate que de Maquieira y de Muñoz dijo cosas Néstor Perlongher: comportan un gesto manierista único. Andrés Morales, a quien leo hoy por hoy, por la impronta barroca más clásica y sus imágenes. Sergio Badilla que se me revela, porque no lo había leído. Me gustó. Entre los más jóvenes: Damsi Figueroa, Javier Bello, Alejandra del Río, Gustavo Barrera Calderón, más que su madre, de veras. Ya entre nosotros, con mucho respeto, a ti, Santiago Bonhomme. Tú conoces el estudio que hice sobre tus "Fábulas de la Muerte". Me impresiona tu capacidad de crear imágenes complejas y el decir sin decir, junto con la huella barroca y huidobriana, lo último por sobre todo. Eduardo Barahona, en esa misma línea. Héctor Hernández, una obra enorme, isotópica. Paula Ilabaca, por la construcción inocente que da el quiebre sintáctico. Allí hay una imitación de la sintaxis latina. A Diego Ramírez aún no lo cacho. Hablo sólo de quienes he leído y de quienes he escrito. Espero leer más y escribir otro tanto. Ambiciono sólo la lucidez. Sólo eso.